viernes, 19 de septiembre de 2014

Capitulo 94

Pedro estaba loco por ella. Cada
músculo de su cuerpo estaba tenso, y
no dejaba de estremecerse bajo el
suyo. Los ojos le brillaban con
fiereza, pero aún no había intentado
mover las manos. Incluso tras
levantar con cuidado las palmas de
las manos de las de él, no hizo
esfuerzo alguno por moverlas del
sitio donde ella se las había colocado.

Estaba feliz de dejarle tener el control
esta vez.

Excitada, Paula comenzó a
dejarle un rastro de besos que llevaba
hasta su pecho, mientras que el pelo
se deslizaba lentamente por su piel.
Retrocedió un poco sobre sus piernas
hasta posarse encima de las rodillas.
Le rodeó el miembro con las manos
una vez más y, por un momento,
paró y se quedó simplemente con su
pene en ellas.

Levantó la mirada hacia él, y se
encontró con que Pedro tenía ya fija
su mirada en ella. El deseo y la lujuria
se reflejaban en las profundidades de
sus ojos.

Con una sonrisa de satisfacción,
Paula acercó la boca hasta
donde sus manos tenían agarrada su
erección y la deslizó por la punta.

Un largo siseo se escapó de sus
labios y se volvió a arquear hacia
arriba en busca de más contacto con
su boca.

—Dios, Paula.

Su voz sonaba tan forzada que las
palabras apenas podían
comprenderse.
Ella sonrió con una seguridad y una
confianza que dejaban claro que
sabía que, por una vez, las tornas
habían cambiado y ahora ella tenía el
poder. Pedro estaba justo donde
Paula lo quería: derretido por el
contacto de sus manos. La deseaba
con desesperación, y parecía
contento de dejarle hacer lo que
quería.

Todo lo que quería.

Era como invitar a una mujer con
síndrome premenstrual a un bufé
solo de chocolates.
Paula lo succionó hasta lo más
profundo y lo llevó hasta la entrada
de la garganta. A continuación hizo
amago de tragar alrededor del
glande, lo estrujó e incluso le
provocó unas ligeras arcadas.

El gemido que Pedro soltó se escuchó
fuerte en sus oídos. Luego este
enredó las manos en su pelo y Paula sonrió. No había tardado mucho
en mover las manos de donde ella se
las había colocado en un principio.
Pero no importaba porque sentirlas
hundidas en su pelo era increíble. Le
encantaba la urgencia con la que sus
dedos se agarraban a ella y le tiraban
de los cabellos.

Aunque siguió dejando que ella
llevara las riendas de la situación, no
la forzó a que volviera a introducirse
el pene en la boca. Simplemente dejó
las manos enredadas en su pelo como
si necesitara hacer algo con ellas o si
no fuera a volverse loco.

Paula volvió a introducírselo por
completo y luego se deslizó hacia
arriba para dejar un rastro húmedo
sobre la sedosa piel.

—Joder —dijo Pedro en voz baja—.
Joder, Paula. Eso es, nena. Hasta
el fondo. Me encanta cuando tragas
saliva conmigo en tu interior, así.

Ella volvió a metérselo entero hasta
que la nariz le tocaba la piel del
vientre y luego soltó un leve gemido
de satisfacción que vibró por toda su
erección. Pedro se agarró con más
fuerza a su pelo y, por primera vez,
se encorvó hacia delante. El cuerpo
entero lo tenía tan tenso que Paula podía sentir cómo sus músculos
se sacudían sin parar.

Cuando ya no pudo aguantar la
respiración más tiempo, se sacó el
pene de la boca y dio grandes
bocanadas de aire mientras lo
agarraba con la mano, los dedos
rodeando su tallo, y lo masturbaba
con la mirada fija en sus ojos.

Los ojos azules de Pedro ardían con
muchísimo calor, deseo y
aprobación. Le encantaba lo que
le estaba haciendo. Con
una sonrisa en los labios, ella siguió
moviendo la mano sobre él hasta que
se deslizó por sus muslos y acunó la
base de su miembro entre las piernas.

A continuación, Paula se alzó un
poco y se llevó la punta de su miembro a
la entrada de su cuerpo, y, sin
siquiera esperar, se deslizó sobre ella
y lo encajó bien en su interior de un
solo movimiento suave.

Pedro soltó un sonido ahogado y
llevó las manos a las caderas de
Paula. Clavó los dedos en su piel
al mismo tiempo que ella se colocaba
más cómodamente alrededor de su
miembro.

—Dios, eres preciosa —dijo
mirándola de arriba abajo.

Sus manos abandonaron las caderas
de Paula y se alzaron hasta llegar
a sus pechos. Los amoldó bien en las
palmas de las manos mientras los
pulgares acariciaban los pezones
enhiestos. Pero esto no era para ella.

No es que  no estuviera
disfrutando también, pero esto era
para él. Solo para él.

Ella quería sacudir todo su universo.
Quería meterle bien en la cabeza que
nunca más volvería a querer que otro
hombre la tocara. O, ya puestos, que
nadie más la tocara.

Con un suspiro y echando la cabeza
hacia atrás, ella se empezó a mover
una y otra vez hacia arriba y hacia
abajo. Podía sentir la tensión en todo
su cuerpo. Podía ver lo tenso y firme
que estaba su cuerpo, lo apretada que
tenía la mandíbula y el esfuerzo que
desprendían su boca y sus ojos.

Y entonces, Pedro cerró los ojos.
—Los ojos —le dijo con la voz ronca,
imitando la orden que él le daba tan
a menudo—. Quiero ver tus ojos
cuando te corras.

Él abrió los ojos de inmediato. Las
pupilas las tenía dilatadas, los
orificios nasales abiertos y la
mandíbula bien apretada, pero su
mirada nunca la abandonó.

—Todo por ti, cariño.
Y eso la hizo feliz. Increíblemente
feliz. Un suspiro de felicidad se
deslizó por sus labios y Paula se
derritió con él en su interior.

Aumentó la velocidad y la fuerza de
sus movimientos. Lo llevó a más y
más altura hasta que la mandibula se
le hinchó, los ojos comenzaron a
brillarle y algo ininteligible se escapó
entrecortadamente de sus labios.
Paula vio el momento en que se
corrió. Incluso antes de sentir el
semen en su interior, pudo verlo en
sus ojos. Las inmensas llamaradas de
fuego, la forma en que se le quedaron
momentáneamente inexpresivos. A
continuación, Pedro llevó las manos a
la cintura de Paula y la agarró
con tanta fuerza que seguramente le
dejaría marcas.

Entonces deslizó una de las manos
hacia abajo hasta que un dedo se
internó entre los labios vaginales
hasta llegar al clítoris, y comenzó a
acariciarlo mientras ella continuaba
moviéndose encima de él.

Cuando Paula empezó a cerrar
los ojos, la orden le llegó de
inmediato. Por primera vez, Pedro se
estaba reafirmando.

—Los ojos sobre mí, Cariño.
Cuando te corres, tus ojos son míos.
Ella fijó la mirada en él al mismo
tiempo que el orgasmo comenzaba a
formársele e iba aumentando con una
intensidad atroz. Su cuerpo no dejaba
de moverse salvajemente encima de
él. Ahora era el turno de Pedro para
sujetarla y quedarse quieto a su
merced. Le recorrió el cuerpo con la
otra mano al mismo tiempo que
suavemente le acariciaba con los
dedos el clítoris.

Era abrumador. Paula no tenía
siquiera la fuerza para permanecer en
vertical cuando comenzó a
desmoronarse. Se tensó y se
desplomó hacia delante. Pedro la
atrajo hacia sus brazos y la acunó
contra su pecho mientras el orgasmo
la atravesaba como una repentina y
fuerte tormenta.

Pedro la abrazó contra sí mientras le
daba vueltas en la cabeza a lo que
acababa de experimentar. Estaba
impresionado. Conmovido y lleno de
humildad. Pero sobre todo, estaba
completamente agradecido.

No tenía palabras para describir lo
que ella acababa de hacer por él. Le
había hecho el amor. Después de lo
que él le había hecho a ella, que aún
tuviera su confianza y que incluso se
entregara a él tan generosamente no
tenía palabras.

Se sintió derrotado por la mujer que
tenía entre sus brazos. Un
sentimiento tan fuerte de posesividad
se instaló en él que no podía siquiera
comprenderlo. Se odiaba por lo que
había heho. Y aun así, ella se había
entregado. Eso era más de lo que
podía soportar.

Paula había tocado una parte de
él que había pensado que era
inaccesible. Una parte que había
estado celosamente guardada durante
años. Y ella había llegado hasta allí
sin esfuerzo. Se había adentrado en
su vida y en su corazón como si de
verdad ese fuera el sitio donde
debiera estar.

Y lo peor de todo era que él estaba
convencido de que sí lo era.

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Holaa! Espero que les guste los caps!

Nota: Por favor, espero no volver a leer insultos en los comentarios. Recuerden que es una NOVELA, es ficcion. Lamento que haiga cosas que no les guste. Lo entiendo, pero no les da derecho para insultarme. Si no les gusta no lean mas. Desde ya muchas gracias.

GRACIAS A LA GENTE QUE SIEMPRE ME TIRA BUENA ONDA!
GRACIAS X LEER! LOS QUIERO!
SOY @LETIPAULITER
COMENTEN Y SUBO MAS!

7 comentarios:

  1. Buenisimos los capitulos,segui subiendo!!!

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  2. Q desubicada la q insulto...no le des bola a esa gente...muy buenos caps! mimiroxb

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  3. No le des bola a esa gente mal educada. Genia letii subi mas mas

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  4. Quién tuvo el tupé de insultarte??? La que no le guste que no lea y listo. Me encantaron los 3 caps Lety.

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  5. Buenisimos los capítulos!! Gracias genia. A palabras necias oídos sordos! A el/la que no le guste que no lea. Besitos
    @pepepauoli

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  6. ¿Insultos como que odiamos a Pepe? Porque si lo tomaste como insulto te pido perdón, lo puse pero de joda porque se que es una novela. Yo amo a Pedro! Muy buenos caps.

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