domingo, 14 de septiembre de 2014

Capitulo 77

Él bajó la mirada y observó cómo su
verga desaparecía en su interior y
luego volvía a aparecer llena de jugos
y líquidos que resbalaban por su piel.
—Tócate, cariño. Haz que te corras.
Yo no voy a durar mucho —le dijo
con tono necesitado.

Era una afirmación y un pensamiento
bastante familiar. Era lo mismo que
parecía decirle cada vez que hacían el
amor. Pedro simplemente no podía
controlarse cuando Paula se
encontraba a su alrededor. Él solo
sabía ir a una misma velocidad
cuando estaba con ella. A mil por
hora.

Su sexo se aferró a su miembro como
un puño. Paula se derritió toda
entera al instante, volviéndose suave
y sedosa en su interior. Lo estaba
volviendo loco. Cerró los ojos,
que casi se le pusieron en blanco.

El
orgasmo comenzó a formársele, los
testículos se le tensaron y luego el
semen avanzó por toda la longitud de
su miembro y se introducía bien
adentro del cuerpo de Paula.
Se sentía en la gloria. Nada lo había
hecho sentirse tan bien. Nunca nadie
lo había hecho volverse tan loco y
tan descontrolado, en el buen
sentido. No podía siquiera explicarlo.
Simplemente Paula le provocaba
eso.

Ella era su droga. Su adicción. Una de
la que no iba a salir. O, mejor dicho,
una que no tenía ningún deseo de
superar.
Él se volvió a hundir en ella para
quedarse dentro de su ardiente
interior por un rato más. Cuando se
retiró, la ayudó a ponerse de pie y la
envió al cuarto de baño para que se
refrescara mientras él se alisaba la
ropa y se la recolocaba.

Había tenido uno de los
orgasmos más alucinantes de su vida,
y, aun así, seguía listo otra vez para
continuar en el mismo momento en
que Paula salía del baño. Él se
tragó el aire y volvió a su mesa,
decidido a actuar con un poco de
clase y no como una perra en celo.

Cuando levantó la vista para echar un
vistazo al calendario, se dio cuenta
de que aún no le había dicho nada
sobre el viaje a París de la próxima
semana. Pedro quería sorprenderla y
esperaba que se le iluminara la cara
tal y como él se la había imaginado.
—Tengo que viajar a París la semana
que viene por negocios —le dijo en
un tono informal.

Paula levantó la cabeza de su
propia mesa.
—¿Oh? ¿Cuánto tiempo vas a estar
fuera?
¿Era decepción eso que había
escuchado en su voz o solo eran las
ganas que él tenía de que fuera eso?

Pedro sonrió.
—Tú te vienes conmigo.

Sus ojos se abrieron como platos.
—¿De verdad?

—Sí. Nos vamos el lunes después del
mediodía. Supongo que tu pasaporte
está en regla, ¿cierto?

—Sí, por supuesto.
Su voz estaba inundada de emoción y
todo su rostro se había iluminado.

—Pasaremos el fin de semana juntos
y te llevaré de compras para todo lo
que necesites para el viaje —le dijo
con indulgencia.

La expresión de Paula se
ensombreció y bajó la mirada por un
momento. Pedro no sabría decir si
parecía culpable, o si simplemente le
estaba evitando la mirada. Él frunció
el ceño y siguió mirándola fijamente,
esperando que, sea lo que fuere a lo
que ella hubiera respondido, se
manifestara.

—Tengo planes para el viernes por la
noche —le dijo con voz ronca—. Ya
los había hecho antes. Quiero decir,
antes de que tú y yo…

Tenía en la punta de la lengua
preguntarle de qué planes se trataba
e interrogarla mucho más. Estaba en
todo su derecho. Pero a Paula se
la veía tan incómoda que Pedro no
quiso ponerla a la defensiva, y
tampoco quería por nada del mundo
que le mintiera. Y era posible que lo
hiciera si la arrinconaba.

—Supongo que solo es la noche del
viernes, ¿cierto? —le dijo con un
tono brusco.
Ella asintió.
—De acuerdo, entonces ven a mi
apartamento el sábado por la
mañana. Pasarás el fin de semana
conmigo y después nos iremos el
lunes por la tarde a París.

El alivio se le reflejó en los ojos y
Paula le volvió a regalar esa
sonrisa de oreja a oreja.
—Me muero de ganas —le dijo—.
¡París suena emocionante!
¿Tendremos oportunidad de ver algo?

Pedro sonrió ante su entusiasmo.
—Probablemente no, pero ya
veremos qué pasa.

Su teléfono sonó y él le echó una
mirada a su reloj. El tiempo se le
había echado encima prácticamente y
ya era la hora acordada para su
conferencia de negocios. Sacudió la
mano en dirección a Paula para
indicarle que volviera a lo que estaba
haciendo, y luego se acomodó en su
silla antes de responder a la llamada.

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Hola! Les dejo 3 caps, no tuve mucho tiempo hoy, pero no queria dejarlos sin nada. Comenten mucho y mañana les subo 5 o 6 caps.
Gracias x leer!
Soy @letipauliter

7 comentarios:

  1. Q lindo el viaje a París! Espero que el deje aflorar sus sentimientos en ese viaje...mimiroxb

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  2. Me encantooooo!!!!! subi mas jajaj

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  3. Buenísimos los 3 caps!!!!!!!!!!! Espero los 6 de mañana Leti jaja

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  4. Cada vez mejor la nove! Me.encanta !!espero q subas muchos caps! Bsoo @GraciasxTodoPYP

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  5. .... me encanto eso de 5 o 6 cap. jajajajajajajaj !! gracias

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  6. Ay que lindooo. Como veras estoy atrasada de nuevo. JAJAJA bue.

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